lunes, 21 de junio de 2010

Al final del Esplendor. 2° Capitulo.


Los siguientes tres dias del largo viaje a una isla no descubierta por los afuerinos, fue agotadora y ahorradora de un horrible cansancio. Aunque los paisajes y el oceano hacian que todo se vaya olvidando de a poco, incluso, las penas y los recuerdos quedaban atras en el momento en que el barco atravesaba el pleno Pacifico. Poco a poco me estaba olvidando de quien era, me estaba preparando para una nueva vida.




Hicimos una parada en Puerto Varas para recoger a cinco personas mas, que conformaban una familia de tres niños pequeños y ambos padres. Eramos quince personas. Ademas de aquella familia eran unas parejas de ancianos, mas familias, y yo, un completo desconocido para todos los demas tripulantes del barco.



Llegamos a un ultimo puerto unos 45 minutos mas tarde. Nos reunieron a todos en la cubierta y nos hablo el Instructor en Jefe, Andres.



-Bueno, buenas... -miro su reloj rapidamente y prosiguio- tardes a todos. Desde ahora los dejo con un viejo amigo y base de vuestra magnifica estancia que viviran aqui, les presento a Aukailin-hizo un ademan a un caballero que se encontraba a su lado.



-Hola, buenas tardes -dijo luego de una pausa- Andres y yo estaremos presentes en su estadia durante los dos meses que se encontraran en la isla. Ya muchos saben, de acuerdo al folleto que se les entrego en cuanto se inscribieron en este viaje, que ayudamos a encontrarnos con la familia, con amigos, con la realidad y mucho mas importante, con nosotros mismos. En este viaje, aprenderan a ver las cosas con mas claridad, de otra forma o como ustedes lo interpreten. Pueden ver cosas que no les guste, pero veran que en lugares como este, cada uno es distinto por lo que es. Aqui no vendran a hoteles de lujo, ni a paseos de limusinas por las grandes calles de tiendas, aqui no hay grandes calles, ni lujosas tiendas. Aqui veran la realidad de las cosas y la humildad de las personas. Tenemos cariño, paz, tranquilidad y alegria por mostrarles.




El hombre llamado Aukailin, siguio alardeando un par de cosas sobre la isla. Pero yo no pude dejar de admirar lo joven que se veia, no tenia mas de treinta y tantos años, no mas que yo que tenia treinta y cinco. Era de cabello oscuro como el carbon pero de piel palida; tenia mediana estatura y una leve aparicion de una panza bultosa.



- Y bien, eso en resumen. De lo demas, ustedes lo veran - Luego de esto, la gente lo aplaudio. Pero antes de seguir hablando con el instructor Andres, hablo algo mas.



- Para explicarse como llegaremos a la isla, ya que esta en pleno secreto por los habitantes y aunque no lo crean. Solo la pueden encontrar las personas con buenas intenciones y los que puedan ver el esplendor de luz en el horizonte cuando canta el colibri del corazon.



Toda la gente se quedo con un signo de interrogacion en los rostros, los niños mas pequeños miraron a sus padres con el entrecejo fruncido, pero Andres, el instructor, mostro una leve sonrisa al horizonte como se recordara algo.



-Bien gente de Chile, diriganse todos a la popa del barco y miren al horizonte, en cualquier momento, lo veran. Y el que no lo ve -dijo mirando a los niños mas pequeños- Solo bastara con escuchar el sonido del colibri en sus corazones.


Dicho esto, todos incluido yo, nos dirigimos a la popa del barco y esperamos espectantes a algo que incluso no creiamos cierto, pero que creimos, luego de ver lo asombroso ante nuestros ojos. El esplendor de luz blanca levemente amarilla, ilumino tenuemente las pupilas de los tripulantes y un colibri se escucho a lo lejos.



-Lo veo, lo veo !, es el colibri mami mira ! -Gritaba una pequeña niña que comia un LolyPop. La madre, no dejaba de mirar alegremente el destello y una sonrisa se marco en el rostro.



Todos los rostros se giraron y enmarcaron una sonrisa de alegria, otros de espectacion y de miedo, al ver que por proa, se veia la isla. La isla existia y yo no podia creerlo, estabamos frente a una maravilla.

martes, 15 de junio de 2010

"Al final del Esplendor" Primer Capítulo.


Tuve un sueño muy extraño justo la noche antes de venirme al encuentro que mi dulce madre y mi amigo Isaac me había recomendado para curarme. El sueño trataba de que me encontraba en un jardín, cortando flores amarillas. El sol iluminaba todo tenuemente y yo me dirigía con las flores en mano, hacia una playa, y además hacia una mujer que se encontraba sentada en la arena, no le veía el rostro pero podía adivinar que se encontraba mirando hacia el mar. Yo me detuve a su lado y pude apreciar unos ojos grises y una mano hacia mi. Quería que le diera las flores, y se las di. 



Al día siguiente, el encuentro me esperaba en la Costanera Arturo Prat. Yo vivía en Valdivia, Chile, desde ese entonces. No quise despedirme de mi madre en persona, como siempre tenía miedo y pena de abrazarla. Pero ella igual estuvo allí junto con Isaac.



El encuentro, se encontraban 10 personas incluído yo. Estaban todos arriba del barco y yo me despedí rápidamente de mi madre y de Isaac y subí al barco. Desde que partió no le despegué los ojos a mi madre, se veía con la cara triste, pero los ojos alegres y expectantes. Ella siempre me había dicho de que cuando me sintiera solo y triste, me aferrara a lo que más amaba y quería. Entré al pequeño bar que el barco ofrecía una vez que haya perdido de vista a mi madre y a Isaac. Y recordé la última vez que había sido feliz en mi vida. 


Me veía tomado de la mano con una chica que había conocido por web. Ella me sonreía y yo a ella. No recuerdo el lugar exacto en donde estábamos pero nosotros sólo caminábamos y conversábamos... Luego la besé.


Me dio tristeza recordar aquello. Siempre tomé su cariño a la ligera, y nunca la supe apreciar como ella quería. Me herí en mi fuero interno. 


Pero yo estaba dispuesto a una nueva vida. Quería empezar de nuevo, volver a ser el Donncha que alguna vez ella quiso. Ya en la noche, me fui a dormir a una pequeña recámara individual. La cama era grande, había un pequeño balcón y una mesita de noche. Me metí rápidamente en la cama, y volví a soñar con la mujer a la que le entregaba flores amarillas.


Este primer capítulo, se lo dedico a Vicente, un gran amigo que dejó de ser. Te Quiero.

domingo, 6 de junio de 2010

"Al final del Esplendor"


Donncha era un completo extraño en busca de una vida, en busca de alguna historia que contar en sus desgastadas páginas de su memoria. Qué mejor lugar para inspirarse que "Al final del Esplendor" donde llega la gente sin vida, sin ánimos de vivir y sale de aquella isla lista para vivir de nuevo. Pero lo que no sabe, es que en esa isla se encuentran los secretos de la vida, del amor, del universo y sobre todo, de nosotros mismos.

Modrý, era una mesera de un antiguo y restaurante de la isla, que ayuda a Donncha a que descubra por él mismo los secretos. A medida que van en la Isla, Donncha queda maravillado de cada rincón se que esconde en aquella isla, de la gente, de los secretos, de las historias y leyendas. 


Esta isla queda en un rincón del largo brazo de Chile, al fin del mundo; No tiene nombre, pero sus habitantes y turistas la llaman "El Esplendor". 


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