Mañana En La Noche Dime Que Me Amas. 21º Capítulo

"Era una necesidad y a la vez un vicio, un tierno vicio de el solo poder disfrutar de la sonrisa de la persona que amas, una sonrisa que quizás te hiciera sentir mucho mejor, una sonrisa que te cautivara completamente y te hiciera reir de una manera contagiosa. O un toque, un ligero toque de ternura, de cariño o de afecto, te puede hacer sentir toda la felicidad del bienestar de la persona, del gesto viene lo que es el cariño tan cálido del corazón. O bien sentir la textura de la piel del otro sobre tu cuerpo, que cada centímetro de el cuerpo se tense o se relaje al contacto. Que incluso cada poro de la piel despierte con la deslumbrante suavidad." 

Liam escribió estas palabras en su cuaderno mientras veía a Melody e Isabel plantando más tulipanes blancos, se sentía a gusto observando la piel de Melody que era brillante a la luz del sol. Le era un vicio. Un vicio ver la piel de Melody le hacía tener pensamientos en que lo único que quería era poseerla y tocarla. 

-¿Qué escribes cariño? -Melody se sentó al lado de Liam, este inmediatamente cerró su cuaderno de golpe.

-Perdona no quería hacerte enojar... -Melody hizo un puchero.

-No cariño, no es eso... Me da vergüenza de que veas mis cosas -Liam estaba tonificado con un suave rosado en sus mejillas.

-No me reiré. Te lo prometo -Melody le dio esa sonrisa pícara que a Liam tanto le gustaba. Liam terminó por resignarse y le entregó el cuaderno.

Melody leyó minutos y más minutos hasta que Liam ya estaba desesperado y le habló:

-Dime, ¿qué te parece? -Liam tomó su barbilla y la obligó a que lo mirase. Melody estaba encantada con la bella letra y las bellas palabras que Liam escribía. También leyó un poema que Liam le dedicaba a Melody.

-Están maravillosos, Liam. ¿Esto es para mi? -dijo Melody señalándole un poema.

-Si, lo tuve que escribir de nuevo, al parecer desapareció misteriosamente de mi caja de manuscritos. -Le enarcó una ceja a Melody y esta entendió.

-Si, perdona pero esque me encantó muchísimo. -Melody hizo un puchero y lo abrazó.

-No te preocupes mi amor, es para ti ahora -Liam le devolvió el abrazo y se separaron al oír un carraspeo. Isabel los miraba y les güiñó un ojo a ambos. 

Más tarde Daniel llegó del trabajo, Isabel le sirvió una limonada y todos se quedaron en la terraza, mirando los tulipanes que pronto abrirían sus pétalos. Estaban los cuatro bebiendo limonada alegremente cuando Liam se empieza a sentir mareado, se disculpa con la excusa de ir a buscar algo, ni Isabel ni Daniel lo notan pero Melody lo siguió. Cuando subió las escaleras Liam estaba recostado en su cama y estaba sudando.

-Cariño, ¿qué te pasa? -Melody se sentó a su lado y le acarició sus mejillas. Liam la miró he hizo una mueca de dolor.

-No me siento bien.. Quédate conmigo por favor, amor -Liam le hizo un espacio más grande y Melody se recostó a su lado.

-¿Te has inyectado? -Melody dudó.

-No, porque me he sentido bien.. -Liam iba a seguir hablando cuando Melody se enfureció.

-¡Liam como se te ocurre!, ¿que tú eres tonto? , sabes que no puedes descuidarte de tu enfermedad. -Melody se paró de su lado y empezó a caminar en la habitación elevando la voz -Me mentiste diciendo en que tu madre te estaba inyectando. Quizás a ella también le mentiste de que yo te inyectaba -Melody votaba humo por las orejas.

-¡Bueno entonces perdona si te sientes tan mal cuidándome, sé que para todos soy un estorbo! -Liam se sentó en la cama y se frotaba los ojos, Melody solo suspiraba.

-Sabes que eso no es así, que nos preocupemos es otra cosa muy distinta -Melody suavizó la voz.

-Igual, Melody, se siente mal... -Liam se le quebró la voz y estaba sollozando mientras que tapaba su cara con sus manos. Melody se sentó a su lado y lo abrazó.

-Perdona cariño, no debí haberte gritado perdona -Melody le daba pequeños besitos mientras que Liam la miraba triste.

-No importa, tienes razón. ¿Me inyectas? -dijo haciendo un puchero.

-Si amor -Melody se levantó y buscó en un cajón la cajita metálica la jeringa y la insulina. Liam como siempre escondió su cabeza en el hombro de Melody y esta lo inyectó rápidamente.

-Prometeme que no te volverás a descuidar así Liam -Melody estaba seria de nuevo.

-Te lo prometo -Ambos se besaron y se quedaron mirando el uno al otro por mucho tiempo. Hasta que Daniel llamó a Melody porque era hora de dormir y ambos se fueron a su casa. 

Pero Liam esa noche extrañó la calidez de Melody entre las sábanas y tocarle sus pies con los de el. Extrañaba la suavidad de los muslos de Melody, sus manos tocarle su cuello y su cara, sus labios recorrer su cuello y su pecho. Y se quedó profundamente dormido pensando en el amor de su vida.